Vuelven las tallas grandes
Hay más de tres millones de españoles con sobrepeso. Y un 60% de la población viste tallas superiores a la 44.
La abultada cifra de negocio que generan las tallas grandes -más de 2.500 millones de euros anuales- ha animado a marcas como Adolfo Domínguez a sacar líneas dedicadas a ellas. Espectacular, la cantante Rosa posa vestida por Zara, Mango y el diseñador gallego.
Hace 10 años, e incluso sólo cinco, era casi imposible que una mujer con talla superior a la 44 encontrara en España ropa firmada por diseñadores. A juzgar por la ropa de cualquier tienda de cualquier ciudad, parecía como si en la calle sólo existieran mujeres con una 38 y hombres sin un gramo de grasa en el abdomen. Pero la realidad es bien distinta: el 60% de la población adulta utiliza una talla superior a la 44. Y hay tres millones de obesos, según datos de la última Encuesta Nacional de Salud, relativa a 2018. De esta cantidad, un 44% son hombres y el 28 % mujeres.
La rotunda realidad ha hecho ver a las empresas la suculenta cifra de negocio, que desde 2000 supera los 2.500 millones de euros anuales. La mayor concienciación social hacia cánones estéticos variopintos o la demanda de quienes no encontraban los diseños deseados, también han contribuido a que ahora encontrar ropa de tendencia en tallas especiales no sea misión imposible. "En España hay 400 fabricantes y unas i.800 tiendas que venden ropa de talla superior a la 44. Hace menos de i0 años, esto era impensable", asegura Yolanda Real desde la Asociación de Fabricantes de Tallas Grandes.
Elena Miró, Marina Rinaldi, Liz Claiborne, Evans, Persona (grupo Max Mara), Talla&Moda (El Corte Inglés), Superlínea, Dona Fern, C&A, Viva la Pepa o Momo son algunas de ellas. También en las colecciones de diseñadores como Giamfranco Ferré, Pedro del Hierro o Miró y en grandes cadenas como Zara, Massimo Dutti o Springfield es cada vez más fácil encontrar prendas con tallas suficientes.
La última en unirse al carro de un negocio que seguirá creciendo ha sido Adolfo Domínguez, con una colección para mujer de la talla 44 a la 54. "Desde hace algún tiempo, estas prendas se pueden comprar en algunos establecimientos de la firma. Y en enero abriremos en Barcelona una tienda exclusiva de tallas grandes", señala Matías Rodríguez, relaciones públicas de la marca.
Las tallas especiales empiezan en la 44, en el caso de las mujeres, y desde la 52, si se trata de hombres. Sin embargo, no todos los consumidores están conformes con la clasificación. "Es ofensivo. ¿Cómo que tallas especiales...? No somos bichos raros", dice Ana Silva, una secretaria de 60 años que sufre desde joven el calvario de no encontrar ropa bonita a su medida. "Parece que la gente grande no tiene derecho a ir a la moda".
Si los fabricantes siguen por el camino emprendido, salir de compras ya no será nunca más un calvario para muchas mujeres. En España, aunque existe menos tradición de tallas grandes que en otros países, los diseños de estas prendas son cada vez más cuidados. "El éxito de nuestra marca está en el patronaje", asegura Javier Martínez, responsable de comunicación de Kanak, firma especializada en tallas grandes. "No se trata de aumentar proporcionalmente en centímetros, sino de diseñar un patrón que se adecúe al tamaño de la consumidora.
Y los diseñadores se ayudan, por ejemplo, de tejidos elásticos", concluye. "Hay que acabar con lo que algunos llaman ropa de gordas", afirma Inés Fernández, creadora del certamen Reina Gran Talla. "Es necesario que los patronistas no sólo vean esta confección como negocio, sino como algo creativo", afirma.
La discriminación por talla o peso no está del todo erradicada y se agudiza en el caso de las mujeres. "Durante años, nos hemos tenido que vestir como nuestras abuelas, con ropa oscura y de hechura de saco. Yo envidio a las chicas gorditas de ahora, que tienen muchas posibilidades", afirma Ana Silva.
"Muchos fabricantes que hasta ahora cerraban sus tallas en la 42, hacen más tallas con diseño, color y modernidad", dice Inés Fernández, organizadora del concurso de belleza que desde hace más de i0 años lucha por la normalización de las tallas. "Es un evento que anima a las mujeres a reivindicar su derecho a sentirse guapas al margen de la talla que vistan".
Inés se queja, no obstante, de que la ropa grande es mostrada en la pasarela por modelos convencionales de cuerpos imposibles. "Este concepto debería cambiar, porque cada vez hay más adolescentes sin criterio formado que quieren conseguir un cuerpo que se aleja de la realidad. Y, para ello, se provocan enfermedades muy graves". Para que la moda de gran talla se exhibiera por las mujeres a las que va destinada, era necesaria una agencia de modelos como Damos la Talla. Yolanda Real, presidente de la Asociación de Fabricantes de Tallas Grandes, que aglutina a 50 de estas empresas, es la directora de esta agencia: "En las pasarelas nunca se mostraban las tendencias de moda para tallas grandes".
En 1998, una mayorista barcelonesa de ropa convencional (tallas 36-42) hizo un estudio y se dio cuenta de que apenas existían fabricantes de tallas grandes juveniles. "Un 26% de las españolas con talla superior a la 44 tiene entre 18 y 35 años", señala Javier Martínez, de Kanak. Sin dudarlo, la empresa cambió de tercio: "Nuestros diseñadores se reciclaron y, desde entonces, nos dedicamos a llevar a la calle las tendencias, sólo para tallas entre la 46 y la 60". Kanak distribuye sus prendas en España, Portugal, Italia, Francia o Bélgica y ahora ha lanzado una colección masculina hasta la talla 70.
Raquel Sanz visitó una tienda Kanak en un viaje a Barcelona, y no sólo descubrió ropa atractiva de su talla, la 44, sino que acabó participando en un calendario en el que 12 clientas de Kanak posan desnudas en apoyo a ADANER (Asociación de afectados y familiares de enfermos de anorexia nerviosa y bulimia). "Ha sido una experiencia estupenda", comenta esta quiromasajista que tiene un spa en Monzón, Huesca. La idea del calendario ha tenido gran repercusión. "La belleza no es exclusiva de la talla 36", dice Javier Martínez. "Hay que concienciar a las jóvenes de los peligros que conlleva desear una 36".
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