Maribel Verdú es una marrana
Es una de las actrices más respetadas y con una de las carreras más sólidas del cine español. Más de 60 películas nacionales e internacionales, teatro y televisión salpican un currículo también cuajado de premios. Sencilla, tímida ante los extraños, hogareña y muy amiga de sus amigos, Maribel Verdú (Madrid, 1970) prepara algunos sorpendentes proyectos, como su papel de madrastra en el largometraje Blancanieves.
Comenzó desde muy pequeña rodando anuncios publiciarios, ¿cómo fué aquella experiencia?
Mi madre es gallega y hacía desfiles para las boutiques de moda de allí. Yo me probaba siempre su ropa, ¡me encantaba ese mundo! Así que un día me metí en una agencia de modelos para sacarme un poco de dinero mientras estudiaba. Hice anuncios de televisión para La Casera, Carbonell... Me acuerdo que me pagaban en aquel entonces ¡30.000 pesetas! a los tres meses de haberlos rodado.
¿Cuándo decidió dar el salto profesional?
Cuando hice El crimen del Capitán Sánchez, de la serie de televisión La huella del crimen. Es cuando sentí que quería dedicarme al cine y les pregunté a mis compañeros cuál era el siguiente paso y me dijeron que lo primero que tenía que hacer era buscarme un representante. Llamé a todos los representantes habidos y por haber y nadie quería una niña con los dientes así... (risas), con trenzas... Al último creo que le di tanta pena que me dijo: "¡Venga, va..!" ¡He estado 20 años con él!
¿Porqué su papel en Amantes, de Vicente Aranda, marcó un antes y un después en su carrera?
Era mona, jovencita, con tetas y parecía que eso estaba por encima de todo lo demás... En Amantes, sin embargo, tuve el primer papel en el que sentí que me daban la oportunidad de demostrar que había algo más detrás y eso obviamente fue una suerte. Fue una película que tuvo mucho reconocimiento de crítica y público... Por primera vez sentí que me veían como una actriz de verdad.
¿Le ha llegado el momento en el que ha dicho "ya está, lo he conseguido" o todavía no?
Sí, sí, ya está. Ya estoy muy tranquila con todo. Ya he demostrado cosas en esta vida… Y no soy nada ambiciosa, nada. He tenido el reconocimiento y me siento querida en mi profesión y querida por la gente. Hago también para ello, soy una persona que intento llevarme bien con la gente, crear buen rollo a mi alrededor.
¿Se ha arrepentido de dejar pasar alguna oportunidad?
He perdido oportunidades, pero nunca me he arrepentido. Creo que las cosas llegan cuando tienen que llegar, sin forzarlas. Además, no soy inconformista; bueno, sólo en buscar la felicidad y en estar bien y en que la gente a mi alrededor esté bien, pero no en el sentido de ambición profesional.
Tiene una carrera extensísima y ha trabajado con los mejores directores, ¿qué hace que un director sea bueno para un actor?
Pues cuando te sacan cosas que tú no sabías que tenías… Esos directores que saben, sin ser pretenciosos, sacarte cosas que tú desconocías que estaban dentro de ti... Esos son los grandes.
Dígame alguno...
Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Fernando Trueba… No sé... Se me van a quedar muchos en el tintero y es muy injusto.
¿Idealizamos demasiado el cine estadounidense?
Sí, aquí siempre pasa eso. Fuera estamos bien considerados, pero nosotros creemos que lo de fuera es lo mejor; y nuestro cine no tiene nada que envidiar al de otros países.
Ha estado en la ceremonia de los Oscar varias veces, ¿qué tal la experiencia?
Las tres veces que estuve, al terminar la ceremonia, me fui directa al hotel. No fui a la fiesta del gobernador, ni a ninguna fiesta… Es que me daba mucha pereza, aparentemente soy muy sociable pero no es real... (risas). Estar con gente que no conozco es de las cosas que peor llevo en este trabajo...
¿Próximos proyectos?
Empiezo una película, Estrellas fugaces; después ruedo Blancanieves, donde haré de madrastra. Tengo otra película de género que me hace mucha ilusión, porque nunca he hecho nada así. Y a finales de año volveré al teatro con mi querida amiga Aitana Sánchez-Gijón.
¿Cine, teatro o televisión?
El teatro es mi gran pasión. Lo que te da el teatro no te lo da ningún otro medio. Yo siempre pongo un ejemplo: si mañana Jeremy Irons estrena película y a la vez lo puedes ir a ver al teatro, ¿con qué te quedarías? Claramente, yo iría al teatro a verlo en directo. Es un momento único... ¡Es tan alucinante!
Muchas actrices se quejan de que las encasillan, usted no...
Yo he hecho mucho de todo... todo tipo de papeles. Además, lo del encasillamiento no es cierto. A ti te mandan proyectos y eres tú la que elijes cual sí y cuál no.
¿Condisera importante en su profesion dar buena imagen?
Sí, sí, para mí es muy importante. Ya le dije antes que siempre me ha gustado mucho la moda, mis hermanas tienen una tienda en Benidorm, que se llama Mverdu, y cuando voy a verlas, las saqueo…
¿Es difícil compaginar trabajo y vida privada?
Mi marido y yo lo llevamos muy bien. Gracias a Dios, él no es abogado ni nada parecido… Es productor de teatro y puede viajar conmigo.
¿La receta para 12 felices años de matrimonio?
No existe competitividad entre nosotros; me hace sentir siempre como una princesa, me siento muy bien a su lado. Y siempre que podemos estamos juntos, nos necesitamos.
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