Jessica Alba sale todos los días a correr
Difícil abrir hoy una revista y no encontrarse con alguna celeb en trance corredor. La nómina de vips adictos a quemar zapatilla en pista o parque es interminable: Jessica Alba, Halle Berry, Christy Turlington, Hugh Jackman, Miley Cyrus, Jennifer Lawrence, Sarah Palin, Al Gore, P. Diddy, Oprah Winfrey, Reese Witherspoon, Renée Zellweger, Gwyneth Paltrow, Heidi Klum... Esta fiebre contagia a los treintañeros y cuarentañeros cual virulenta gripe: el running como extensión de la vida sana se ha convertido en una religión. Forrest Gump, aquel personaje interpretado por Tom Hanks, advertía del peligro de cogerle gusto al esfuerzo. Cuidado: correr es adictivo.
De nuestras famosas, las runners por excelencia son Anne Igartiburu, corredora de maratón (en 2010 hizo Nueva York en 5.16 h con el equipo Proniño de Telefónica para recaudar fondos contra el trabajo infantil en Sudamérica, y es habitual verla entrenando en los parques madrileños o participando en carreras de 10 kilómetros y medias maratones por toda la geografía); Samantha Vallejo-Nágera, maratoniana también en Nueva York, y María de Villota. Otras que tal corren son Sara Carbonero, Paz Vega, Elena Anaya...
Hoy, las preguntas que se imponen en el calentamiento de cualquier conversación molona son: "¿Corres? ¿En cuánto te haces los cinco (kilómetros)?". La marca de los cinco viene a ser el antiguo handicap, un lugar común que establece una corriente de simpatía instantánea entre los interlocutores. Presenta, además, algunas ventajas más sobre el golf: es menos excluyente y convierte a los que lo mencionan en convencidos evangelizadores. Si aún no te has lanzado a correr como alma que lleva el diablo, ellos te atraerán con mil y un argumentos. Tienen razón: lo importante no son los minutos de tu marca, sino que tengas una. Basta intentarlo para formar parte de este club.
Las ocasiones para correr de manera competitiva proliferan en todo el territorio nacional. Además de las carreras benéficas que las asociaciones y ONG organizan puntualmente (contra el cáncer de mama, la violencia de género, solo femeninas), algunas maratones y medias maratones se han convertido en citas rojas en el calendario del runner amateur: la San Silvestre Vallecana (el último día del año en Madrid, 40.000 valientes enfilan una rompepiernas); la Marató de Barcelona (en marzo la ciudad se cierra al tráfico para que 25.000 participantes recorran 42 kilómetros prácticamente en llano); la Carrera Nocturna del Guadalquivir (en Sevilla, el último viernes de septiembre, unas 20.000 personas completan sus 12 kilómetros por la iluminada zona monumental de la ciudad); la Jean Bouin, en noviembre en Barcelona, es una de las primeras competiciones atléticas urbanas de asfalto celebradas en Europa: en total, 12 carreras para populares, escolares, veteranos y federados (unos 15.000 participantes), con diversas distancias hasta los 10 kilómetros. Por último, el maratón de Donostia, tres vueltas en llano por un circuito urbano que incluye la playa de la Concha y termina en el estadio de Anoeta, de tamaño familiar casi perfecto.
Son especialmente importantes, y cada vez más populares, las solidarias: en ellas, lo importante sí que es participar. Una idea que va más allá de la competición solidaria puntual es la del Proyecto Corre de Unoentrecienmil, la fundación de lucha contra la leucemia infantil. Se trata de que, tanto en carreras como en el entrenamiento semanal, todos los runners luzcan su dorsal: pocos hay más significativos. Basta entrar en su web, unoentrecienmil.org/ proyecto-corre, para realizar una donación mediante SMS, Paypal o bajándose su app y conseguir ese dorsal solidario con el que correr por una buena causa. Todo lo que se recauda se dedica íntegramente a la investigación médica. Más de 16.000 personas llevan ya este distintivo de solidaridad, incluido el cada vez más nutrido grupo de mujeres que corren, convocado por la periodista Cristina Mitre (@MQCbycrismitre). Sus quedadas para entrenar en Madrid (y alrededores) respiran buen rollo (en la última en San Isidro sumaron mantón, pañuelo y clavel a las mallas en su Chotisrun) y sentido del humor. Si corres en solitario y te gustaría hacerlo en compañía, súmate a ellas a través de su página en Facebook, donde van saliendo sus logros deportivos y próximas citas (el 19 de junio, en Bilbao, y el 22, en Gijón). Cada vez corren más y mejor.
Otra opción es acercarse a alguno de los clubs de corredores que se encuentran en todas las ciudades, aunque internet nos permite también obtener información y contactar con otras runners de nuestra zona gracias a webs como RunninGirls , llena de consejos y un completo calendario de citas; Runnin.es (running.es), la más completa y con un club de running, o Runner’s World, com un perfil algo más comercial. En Carreras Populares encontramos un calendario con absolutamente todas las del país. Por lo general, la federación de atletismo de cada comunidad sabe de los clubs de corredores que operan en la región: ese es un buen punto de inicio para la corredora amateur que quiera entrenar en grupo o apuntarse acompañada a las carreras.
Surge, ante tal avalancha de deportistas, el turismo de running, viajes en los que se recorre la ciudad a golpe de zapatilla o, directamente, se participa en una maratón. Las cinco más importantes por número de inscripciones y apoyo público son Berlín, Londres, Boston, Nueva York y Chicago, mientras que Tokio, Patagonia y Tahití son citas de culto por la belleza de su recorrido. Global Running Tours posee un mapa del mundo en el que pinchando en cada país indica la empresa turística que organiza las visitas guiadas, permite comunicarse con ellos y preguntarles acerca del itinerario, la hora de la salida y la inscripción para ser uno más en el siguiente grupo de corredores.
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