Eva Longoria no puede tener hijos

Así que Eva Longoria no se va a poder reproducir en los próximos seis años si quiere seguir ganando el dineral que supongo que gana y encandilando a más de 22 millones de espectadores en todo el país. Y no se puede reproducir, quiero decir, no puede tener hijos o, más precisamente, no se puede quedar embarazada, porque se supone que una mujer de sus características, que se enrolla con el jardinero -en la ficción, que en la realidad creo que se enrolla con un jugador de baloncesto-, no debe incluir en su agenda vital la idea de tener un niño al que cuidar. 

Demasiado doméstico les debe resultar a los guionistas de la serie la aparición de un bebé, porque eso se ve que no es reality. Que lo verdaderamente reality es lo del jardinero y todas esas señoras desesperadas y atractivas, con marido y sin él. Aquí hay varias preguntas que hacerse. Primera y principal: ¿cuántos años tiene Eva Longoria en realidad? Porque, según los que tenga, seis años de aplazamiento la pueden convertir en una auténtica vieja, ginecológicamente hablando. 

Parece una mujer joven y en pleno uso de todas sus facultades físicas, pero la cirugía plástica ha avanzado mucho, y a saber cómo anda de entresijos. Segunda pregunta: ¿la exigencia de que no tenga un niño esta señora es porque a los guionistas o a los productores no les parece estética una barriga en mujer tan despampanante? Porque, si fuera así, tendría un punto de larga reflexión. 

Tercera pregunta: ¿son los guionistas quienes imponen a las actrices la vida que han de llevar en el futuro en materia de amor, religión, reproducción o dietética? Porque lo lógico es que, si la señora Longoria se quedara embarazada de su actual acompañante o de otro cualquiera, la obligación de los sacrosantos guionistas sería acoplar sus argumentos a la nueva realidad de la actriz, y no viceversa. Mujeres desesperadas no es una serie de monjas carmelitas, en la que un embarazo encajaría con dificultad. Al contrario, se supone que pretende tener algo que ver con la realidad que muchas mujeres estadounidenses viven.Y excluir la eventual aparición de un recién nacido resulta inaudito.

Cuarta y última pregunta: ¿por qué motivo Longoria ha de firmar un contrato con semejante condición leonina cuando su querido compañero de reparto, el actor James Denton, acaba de tener una hija y nadie se ha echado las manos a la cabeza? La niña se llama Malin O'Brien Denton y pesó al nacer 3,3 kilos. No muy grande, es verdad, pero con suficiente peso, sí señor. No parece que Denton haya recibido ninguna indicación previa sobre el destino final de sus espermatozoides. Pero Longoria habrá de tener cuidado con la manera de administrar sus óvulos. Va a ser cosa de la tripa, seguro. No les gusta a los guionistas una protuberancia tan rara. 

Y a los productores, como que les da no sé qué. Se podría protestar por una cosa tan impresentable, pero no tengo la menor intención de hacerlo. Si Eva Longoria, que forma parte de un grupo de ayuda a la comunidad latina para luchar contra el cáncer infantil, es decir, que no es una mema, ha firmado ese contrato, una de dos: o no tenía intención de ser madre o el dinero que está ganando le compensa la renuncia. Siempre se podrá consolar con un gato, que hacen mucha compañía.

Si Eva Longoria ha firmado ese contrato,o no tenía intención de ser madre o el dinero que gana le compensa.

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