Hay más hombres en el espacio que nunca

Durante esta semana ha habido «overbooking» en el espacio. Doce seres humanos han coincidido en la órbita terrestre. Para este fin de semana se espera que bajen tres de los tripulantes de la estación soviética «Mir», donde todavía permanecerán otros dos. Los siete tripulantes de la norteamericana «Columbia» continúan desarrollando aún investigaciones astrofísicas y tienen previsto su regreso para el día próximo día 11. 

Una docena de astronautas trabajando en el espacio, cifra nunca alcanzada, más la primera misión comercial soviética, consistente en poner en órbita un periodista japonés por 1.000 millones de pesetas, han hecho que estos siete días sean particularmente memorable para la astronaútica mundial: el espacio cercano es cada vez más accesible. El pasado 2 de diciembre, casi de forma simultánea, salían al espacio dos naves terrestres. A las 7.30 hora española,) la «Lanzadera» norteamericana) «Columbia» se elevaba sobre Cabo Cañaveral, en la costa de Florida. 

Poco después, desde Baikonur, en el Asia Central Soviética, la nave «Soyuz TM-11» era propulsada hacia la estación espacial «Mir». Su misión era transportar a la tripulación qué sustituiría a Gennadi Manakov y Gennadi Strekalov, que ya llevan seis meses en órbita. Los nuevos habitantes de la estación serán Viktor Afanasiev y Musa Manarov (quien tiene en su haber ! el récord de permanencia en el' espacio, 366 días).

Esta sería una misión rutinaria de no ser por el tercer tripulante de la nave, Toyehiro Akiiyama, en quien se reúnen el honor de ser el primer japonés y el primer periodista que visita el espacio. La presencia del periodista nipón abre una nueva etapa en el programa espacial soviético. Se trata del primer vuelo comercial realizado por la URSS, financiado por el principal canal televisivo japonés, la TBS, que ha pagado 10 millones de dólares (aproximadamente unos 900 millones de pesetas). 

Otras firmas niponas han aportado otro millón y medio de dólares a cambio de incluir publicidad en el fuselaje del cohete lanzador. Akiyama es redactor jefe de la sección de internacional de TBS y hasta el año pasado fumaba hasta 80 cigarrillos diarios. Escogido entre 136 aspirantes de la plantilla de TBS, sus actividades se han dividido entre el cuidado de seis pequeñas ranas arborícolas y la emisión de un programa televisivo en directo diario y dos transmisiones de radio de veinte minutos cada uno. 

Como cada hora de su permanencia en el espacio le ha costado a su empresa unos 6 millones de pesetas, incluso durante el sueño se le ha sometido a experimentos diseñados para estudiar alteraciones en su respiración y ondas cerebrales. La «Mir» es una estación espacial permanente, una especie de «portanaves» espacial. Su estructura es modular y se le van incorporando secciones a medida que se hacen necesarios. Recientemente, un- accidente hizo que una de las esclusas de salida al exterior se estropeara e impidiendo su abertura. 

Entre las misiones del vuelo estuvieron transportar el material necesario para arreglarla mediante una salida al espacio. Por su parte, la «Columbia» realiza su décima salida al espacio, repetidamente aplazada debido a la existencia de fugas de combustibles en sus motores. En su interior vuela «Astro 01», nombre genérico de un grupo de telescopios que . realizan su trabajo desde el interior de la nave, que mantendrá sus portones abiertos.

Desde este privilegiado observatorio, a 360 kilómetros de altura, se lleva a cabo un trabajo imposible de hacer desde tierra. Para los astrónomos, observar el cielo sólo con la luz de la tierra equivale a mirar un cuadro del que sólo nos mostraran un color. 

El resto de los «colores» (radiaciones electromagnéticas) son absorbidos por la atmósfera terrestre, por lo que se hace necesario realizar observaciones orbitales. La misión de «Astro 01» consiste en añadir dos nuevos «colores» a la visión científica: el ultravioleta (para lo que transporta tres telescopios) y los rayos X (un telescopio). Con estos aparatos, los astrónomos pretenden realizar observaciones del Sistema Solar y estudiar en profundidad uno de los brazos espirales de la Vía Láctea, analizando diversos tipos de estrellas. 

El telescopio de rayos X observará en particular el «cadáver» de una estrella que estalló en 1987 en una galaxia cercana, la famosa «Supernova 1987A». Otras áreas de estudio incluyen estrellas de neutrones y cuasares. En total, completarán 80 horas de observaciones. 

También se ha llevado a cabo una experiencia inédita: la retransmisión de una lección de astronomía impartida por los científicos a bordo del Columbia a diversos centros de la NASA en los EEUU. Los alumnos participaron en la lección y pudieron hacer preguntas en directo a los astronautas.

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